Reconociendo los signos de estrés en tu perro.
Al igual que los seres humanos, toda especie animal maneja un lenguaje corporal para manifestar sus emociones. En la comunicación humana, a veces no lo detectamos de manera consciente. Sin embargo, nuestro subconsciente si puede captar esas señales que envía la persona con la que compartimos el momento y sin ser conscientes, “captamos el mensaje”. Esto a veces puede ser más difícil cuando la intención es mejorar la comunicación con nuestro perro. Si desconocemos las señales que ellos emiten para manifestar su estado de ánimo, es imposible entenderlas y atender sus necesidades.
Los perros se enfrentan diariamente a factores estresantes que van desde sus necesidades básicas, como el hambre y la sed, hasta cualquier amenaza en su entorno. En este sentido, “el estrés fisiológico y psicológico permite a los perros adaptarse, afrontar la situación y sobrevivir”. Refiere la Dra. Rachel Malkini, miembro de la Asociación Británica de Comportamiento Veterinario.
“Eustress, denominado a menudo como estrés bueno, implica esfuerzos adaptativos normales para responder a una situación. Mientras tanto, la angustia inducida por una experiencia negativa, puede ser prolongada y tener impactos fisiológicos perjudiciales que pueden afectar la función inmune y el tiempo de recuperación” comenta.
Guía de señales de estrés en perros.
- Lenguaje corporal. El lenguaje corporal revela mucho sobre el estado emocional de un perro. Una postura rígida, mantener la cola baja o entre las piernas, encogerse o estar tenso, son signos clásicos de estrés. Evitar el contacto visual, bostezar repetidamente sin una razón aparente o lamerse en exceso así como parpadear más rápido de lo normal o gimotear, son acciones que indican incomodidad o ansiedad.
- Cambios en el comportamiento. Si notas que el perro se vuelve más retraído, agresivo o busca refugio en lugares poco comunes, es importante investigar las causas. La falta de apetito o vocalizaciones excesivas también son indicadores de malestar emocional.
- Hiperactividad o inactividad excesiva. Algunos perros responden al estrés mostrando hiperactividad, mientras que otros pueden volverse inusualmente apáticos. La sobre excitación se puede manifestar a través de ladridos excesivos, saltos frenéticos o movimientos erráticos. mientras que la inactividad extrema puede indicar una sensación de desinterés en el entorno.
- Problemas de salud física. Pérdida de peso inexplicable, problemas gastrointestinales recurrentes, caída del pelo o erupciones cutáneas. Suelen ser signos de un estrés crónico que esta afectando su bienestar general. Los problemas relacionados con el sistema inmunológico, suelen resolverse cuando se reducen los niveles de estrés general.
- Sensibilidad al entorno. Los cambios en el entorno tales como ruidos fuertes, exposición a multitudes, nuevos olores o hasta alteración en la rutina diaria pueden desencadenar estrés en algunos perros.
- Anorexia. Anorexia es el termino que define la falta de apetito. Una situación de estrés puede eliminar el deseo de alimentarse.
- Trastornos obsesivos-compulsivos. Incluyen el comportamiento compulsivo de morder moscas imaginarias, seguir luces y sombras, perseguirse la cola, pica (ingerir objetos no comestibles), lamerse los flancos, automutilación y más. Aunque el TOC tiene un fuerte componente genético, también suele ser desencadenado por estrés..
- Jadeo. Una respiración rápida, superficial o pesada es normal cuando el perro esta acalorado o se sometió a actividad física, de lo contrario, puede estar relacionado a un factor de estrés.
Cómo resolverlo una vez reconocidos los signos de estrés en tu perro.
Una vez reconocida la situación, es crucial tomar las medidas para ayudarlo y recuperar su equilibrio emocional. Te sugiero algunas estrategias.
- Proporciona un entorno seguro. Dale un espacio tranquilo y relajado donde tu perro pueda descansar sin distracciones ni interrupciones.
- Fomenta el ejercicio y la estimulación mental. La actividad física regular y el enriquecimiento ambiental son fundamentales para mantener a tu perro física y mentalmente saludable. Planifica actividades divertidas que le permitan liberar energía y estimular su mente.
- Establece una rutina consistente. Los perros gozan de la previsibilidad y la estructura. Intenta mantener una rutina diaria coherente en cuanto sus horarios de alimentación, paseos y tiempo destinado al juego.
- Practica la técnica de desensibilización. Si tu perro muestra sensibilidad a ciertos estímulos (ruidos fuertes o ciertas situaciones sociales), Trabaja con él gradualmente para exponerlo de manera controlada y positiva. Recompénsalo por su calma y buen comportamiento.
- Considera la ayuda profesional. Si el estrés persiste o es particularmente severo, considera buscar el apoyo de un profesional, un etólogo. Él te puede proporcionar estrategias adicionales y apoyo para cubrir las necesidades emocionales de tu perro.
Conclusión.
Los signos de estrés en tu perro desafortunadamente te pueden pasar desapercibidos si no sabes reconocerlos. Es muy importante estar atento para promover su bienestar y fortalecer el vinculo que debe de existir entre ustedes. Con paciencia, comprensión y cuidado puedes ayudarle a superar los desafíos emocionales que pueda estar sufriendo y apoyarle para que disfrute de una vida feliz y equilibrada.
Recuerda siempre el compromiso que tenemos como tutor de nuestro perro para brindarle una vida armoniosa y de calidad. Él depende al 100% de nosotros para vivirla.