Las pruebas de laboratorio y su importancia.
Es común que, al llevar a tu mascota a consulta, después de la evaluación física, el médico veterinario solicita hacer uno o varios estudios. Pretendo explicar en forma breve la importancia de las pruebas de laboratorio y por qué son imprescindibles para llegar a un diagnóstico y el seguimiento de la enfermedad.
La historia clínica.
La historia clínica revela los datos de salud del paciente. Esta se desarrolla mediante una entrevista entre el profesional de la salud y el propietario de la mascota.
Me gusta comparar el trabajo de un médico veterinario con el de un médico pediatra. Para ambos médicos les es imposible comunicarse directamente con su paciente. Necesitan tener una adecuada comunicación con los padres del Bebé o con el propietario de la mascota. Lamentablemente hay una gran diferencia, no conozco ningún padre o madre que no esté totalmente enterado de los cambios en la salud de su bebé. Sin embargo, en la medicina veterinaria, en muchas ocasiones el propietario no proporciona suficiente información. El paciente en ocasiones está más en contacto con los trabajadores de la casa que con ellos mismos.
Con esto, quiero dejar en claro, que el llegar a un diagnóstico exitoso, inicia con una adecuada historia clínica del paciente. El médico veterinario debe tener la habilidad para hacer las preguntas y el propietario para responder lo más claro y preciso posible.
Recuerdo una vez que, al entrar el propietario con su perro a consulta, le pregunté que qué tenía y me respondió: “No sé, por eso se lo traigo. Yo no soy veterinario”. Creo que pensó que los médicos veterinarios tenemos una “bola mágica” para llegar al diagnóstico. Y no, seguimos un proceso que inicia con una correcta toma de la historia clínica.
El examen físico.
Una vez que hemos completado esta importante entrevista con el propietario, pasamos a examinar al paciente. Revisamos todo su aspecto físico, no existe un orden específico, pero la mayoría de los médicos comenzamos de la cara a la parte posterior del cuerpo. Evaluamos sus constantes fisiológicas: frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, temperatura corporal, etc. La condición interna, se evalúa de una manera un poco subjetiva, por palpación con nuestras manos. Así conociendo “lo normal”, podemos apreciar cualquier anormalidad en la cavidad abdominal.
Hasta aquí podemos tener algunos diagnósticos presuntivos. Afortunadamente, en la mayoría de las veces, si el propietario nos proporcionó la adecuada información e hicimos un correcto examen físico, ya tenemos el diagnostico. Pero, y ¿si aún hay duda?
Las pruebas de laboratorio.
Al igual que en la medicina humana, tenemos la alternativa de confirmar o descartar un diagnóstico presuntivo con el apoyo del laboratorio clínico.
Hay propietarios de mascotas que entienden perfectamente este soporte. Por otro lado, hay otros que no valoran o comprenden su importancia y lo consideran como un gasto y no una inversión en salud. Realmente no importa la percepción del propietario, hoy día, el uso del laboratorio clínico en la medicina veterinaria es indispensable y necesario.
La importancia de las pruebas de laboratorio no solo radica en su “apoyo diagnóstico” una vez que hay signos de enfermedad. Una mascota que aparentemente goza de salud, puede estar iniciando un proceso patológico que los análisis en sangre detectan meses o años antes de presentarse los signos.
De ahí radica la importancia de realizar estudios anuales (en ocasiones semestrales) a mascotas geriátricas. Estudios preanestésicos a pacientes que se van a someter a una cirugía o limpieza dental, o bien, estudios de control una vez que el paciente se recuperó y hay que dar seguimiento.
Es conveniente aclarar, que los análisis de sangre muestran donde puede estar el problema, pero no revelan cómo o por qué este se presenta.
Las pruebas de laboratorio anuales, son de vital importancia en las mascotas geriátricas para detectar a tiempo enfermedades. Imagen: Pixabay.
Los análisis más comunes.
- Hemograma. Es el estudio más usual, en él se reporta el estado de las células sanguíneas. Nos muestra el grado de hidratación, si presenta anemia o infección, capacidad de coagulación de la sangre y la respuesta del sistema inmune.
- Perfil de química sanguínea. Con este perfil, se aprecia el correcto funcionamiento de los órganos y los niveles hormonales entre otras cosas.
- Examen coproparasitoscópico y general de orina. El primero, es indispensable para dar el tratamiento conveniente si sufre de parasitosis. Recuerda que cuando hablamos de desparasitar a una mascota, generalmente se administran productos que eliminan a los gusanos redondos (ascaris) y planos (tenias). En el caso de los protozoarios (giardias y amibas), el medicamento es otro y no siempre se considera. Consúltalo con tu médico veterinario. Si nos referimos al Examen General de Orina (EGO), es un estudio muy completo. Evalúa los riñones y la vejiga, regulación de la glucosa y funcionamiento hepático y la presencia de sales o cálculos entre otras cosas.
Concluyendo.
Nunca he sabido de alguna persona que al recibir las indicaciones de su médico para realizarse algún estudio de laboratorio lo cuestione. Sin embargo, desafortunadamente en la medicina veterinaria esto sucede con frecuencia. No es comprensible que, en la actualidad, se pretenda “hacer medicina” de calidad sin los apoyos tecnológicos que hoy existen. Cuando solicitamos pruebas de laboratorio, es porque sabemos su importancia para confirmar un diagnóstico y optimizar los resultados del tratamiento.
Me atrevo a proponer algo, si tu mascota es un paciente geriátrico, si se va a someter a un proceso anestésico o simplemente, deseas confirmar su condición de salud, no esperes a que el médico veterinario te sugiera las pruebas, solicítalas. Hay muchas experiencias de “hallazgos accidentales” que salvan vidas al practicar una prueba de laboratorio que se tomó simplemente como control.