La obesidad cobra factura en dos sentidos.
La obesidad es una de las enfermedades más extendidas en el mundo. No solo en la especie humana, también es el caso de las mascotas. Cuando se dice que la obesidad cobra factura, podemos considerarlo en dos sentidos: una para la salud y otra, la económica.
La obesidad predispone a varias enfermedades secundarias tales como diabetes, pancreatitis, cáncer y problemas osteoarticulares entre otras. Consecuentemente disminuye tanto la calidad como la esperanza de vida de todo individuo que la sufre.
Pagando las cuentas.
Las Doctoras Asta Tvarijonaviciute y Silvia Martínez de la Universidad de Murcia, mencionan en un artículo publicado en la revista The Conversation, que el costo promedio de servicio médico en un perro obeso es un 20% más elevado que el de un perro con peso normal. Así mismo, las Doctoras señalan que la prevalencia de la obesidad continua aumentando.
El grupo de seguros de RSA, More Th> n, reveló recientemente, que de las 12 reclamaciones de seguros de mascotas más comunes reportadas el año pasado, la mitad de ellas involucraban obesidad en las mascotas. Los datos mostraron que las mascotas con sobrepeso o que no hacen suficiente ejercicio podrían contribuir al desarrollo de afecciones influenciadas por la obesidad.
Las causas de la obesidad.
Tenemos que mencionar las dos causas principales: sedentarismo y sobrealimentación. Ambas están influenciadas por los hábitos y comportamientos del dueño. La mascota no decide ni su frecuencia de actividad, ni la calidad y cantidad de lo que come.
Sedentarismo. Todo ser vivo tiene la necesidad de mantenerse activo, el ejercicio es fundamental para una óptima salud. Al ejercitarse, se agiliza el metabolismo, se oxidan las grasas, los músculos se tonifican y mejora el sistema cardio-respiratorio e inmunológico entre otros beneficios. La falta de ejercicio no permite el desgaste energético y por lo mismo, esto se reflejará en sobrepeso y obesidad.
Sobrealimentación. Todo ser vivo tiene necesidades calóricas de acuerdo a su edad, sexo, condición de salud y principalmente a su actividad. Si excedemos la ingesta calórica que un organismo requiere, la consecuencia nuevamente es sobrepeso y obesidad.
Es importante mencionar, sin que sea una generalidad, que hay estudios que evidencian que la tasa de obesidad entre los dueños de perros son menores que en el resto de la población. Así como, se ha comprobado mejor salud y longevidad en propietarios de perros, probablemente debido a que incitan al dueño a tener actividad.
La obesidad cobra factura en dos sentidos, salud y economía Imagen: Pixabay
Conclusión.
Podemos observar que está ligada la obesidad humana y la de las mascotas. Las causas y las consecuencias son las mismas. Existe la hipótesis de que al tener un perro, su propietario puede dejar el sedentarismo para beneficio de ambos. Sin embargo, esto no es una regla absoluta, el propietario debe de ya tener o adoptar hábitos tanto en lo referente a la actividad, como de alimentación para no perjudicar a la mascota. Un buen motivo es tener en cuenta que la obesidad cobra factura en dos sentidos.